La diplomacia es un arte de difícil comprensión pues sus trazos formales suelen esconder objetivos que raramente tienen que ver con lo aparente.
Mas allá de las molestias que le puedan haber causado al rey de Marruecos ver y oír como helicópteros del ejercito español alteraban con el sonido de sus aspas sus placidas vacaciones en el mar, soy de los que cree que su real sangre, lejos de bullir a su paso, fluía apaciblemente por sus regias venas, mientras se regocijaba al constatar que una vez mas el PSOE y el PP actuaban como cómplices necesarios de su ya cansina estrategia de la provocación. El primero obligado desde hace 5 años a mantener una estúpida sino perversa sonrisa y el segundo enarbolando la bandera del patriotismo y atizando a ZP por su falta de firmeza.
Verano tras verano la dinastía Alauí pone en marcha su maquinaria política y mediática con el objetivo de crear una tensión aparente, sabedor de que por mucho que tense la cuerda, ni la UE ni los EEUU permitirán que se rompa, pues su posición es decisiva en el delicado equilibrio de un Magreb en el que los “hermanos musulmanes” cada vez tienen mas influencia, y el riesgo de ocurra como en Irán, donde la democracia les sirvió para acabar con la democracia, no es baladí.
Este año la farsa ha tenido como escenario el puesto fronterizo de Beni-Enzar (Melilla/España), donde un puñado de actores, producidos por Mohammed ben el Hassan ben Youssef el Alaoui, han reinterpretado el papel de victimas del villano español.
El acto principal del vaudeville constó de una serie de pegadas de carteles trucados en los que se veía a una sonriente infiel, de profesión policía del ejercito colonial español, acompañada por otro infiel con el mismo uniforme que se agarraba los testículos; a este acto le siguió una rueda de prensa dirigida por el presidente de la de la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos, quien acompañado por el director del periódico Nador24, se dedico a hacer un mitin plagado de tópicos, soflamas y consignas denunciando un supuesto racismo policial, discriminación, colonialismo, atropellos, malos tratos, esclavitud de mujer, etc., etc. Especial mención mereció la presencia en el escenario del presidente de la Asociación Gran Rif de los Derechos Humanos, quien al parecer ya esta harto del poco eco que tienen sus denuncias sobre la falta de libertades y las actuaciones represivas de la policía de su país, y quería salir en la foto.
Verano tras verano, Mohammed VI consigue despertar las pasiones nacionalistas a un lado y otro de la frontera, también para desviar la atención de sus súbditos de la precaria realidad socio económica de Marruecos. Un reino cuya paz social corre el riesgo de alterarse con el regreso vacacional de miles de emigrantes dispuestos a contar las bondades de vivir en la sociedad del bienestar europea, con unos servicios sociales básicos como la sanidad, la educación, y en la que incluso los que no quieren trabajar reciben un subsidio. Una Europa en la que los inmigrantes gozan de unos derechos y libertades que en el reino Alaui están reservados para unos pocos privilegiados.
No nos engañemos, la diplomacia es un arte de difícil comprensión pues sus trazos formales suelen esconder objetivos que raramente tienen que ver con lo aparente.
Mas allá de las molestias que le puedan haber causado al rey de Marruecos ver y oír como helicópteros del ejercito español alteraban con el sonido de sus aspas sus placidas vacaciones en el mar, soy de los que cree que su real sangre, lejos de bullir a su paso, fluía apaciblemente por sus regias venas, mientras se regocijaba al constatar que una vez mas el PSOE y el PP actuaban como cómplices necesarios de su ya cansina estrategia de la provocación. El primero obligado desde hace 5 años a mantener una estúpida sino perversa sonrisa y el segundo enarbolando la bandera del patriotismo y atizando a ZP por su falta de firmeza.
Verano tras verano la dinastía Alauí pone en marcha su maquinaria política y mediática con el objetivo de crear una tensión aparente, sabedor de que por mucho que tense la cuerda, ni la UE ni los EEUU permitirán que se rompa, pues su posición es decisiva en el delicado equilibrio de un Magreb en el que los “hermanos musulmanes” cada vez tienen mas influencia, y el riesgo de ocurra como en Irán, donde la democracia les sirvió para acabar con la democracia, no es baladí.
Este año la farsa ha tenido como escenario el puesto fronterizo de Beni-Enzar (Melilla/España), donde un puñado de actores, producidos por Mohammed ben el Hassan ben Youssef el Alaoui, han reinterpretado el papel de victimas del villano español.
El acto principal del vaudeville constó de una serie de pegadas de carteles trucados en los que se veía a una sonriente infiel, de profesión policía del ejercito colonial español, acompañada por otro infiel con el mismo uniforme que se agarraba los testículos; a este acto le siguió una rueda de prensa dirigida por el presidente de la de la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos, quien acompañado por el director del periódico Nador24, se dedico a hacer un mitin plagado de tópicos, soflamas y consignas denunciando un supuesto racismo policial, discriminación, colonialismo, atropellos, malos tratos, esclavitud de mujer, etc., etc. Especial mención mereció la presencia en el escenario del presidente de la Asociación Gran Rif de los Derechos Humanos, quien al parecer ya esta harto del poco eco que tienen sus denuncias sobre la falta de libertades y las actuaciones represivas de la policía de su país, y quería salir en la foto.
Verano tras verano, Mohammed VI consigue despertar las pasiones nacionalistas a un lado y otro de la frontera, también para desviar la atención de sus súbditos de la precaria realidad socio económica de Marruecos. Un reino cuya paz social corre el riesgo de alterarse con el regreso vacacional de miles de emigrantes dispuestos a contar las bondades de vivir en la sociedad del bienestar europea, con unos servicios sociales básicos como la sanidad, la educación, y en la que incluso los que no quieren trabajar reciben un subsidio. Una Europa en la que los inmigrantes gozan de unos derechos y libertades que en el reino Alaui están reservados para unos pocos privilegiados.
No nos engañemos, la diplomacia es un arte de difícil comprensión pues sus trazos formales suelen esconder objetivos que raramente tienen que ver con lo aparente.
Al rey y líder espiritual de los marroquíes le interesa que Ceuta y Melilla sigan siendo españolas para seguir quejándose y exigiendo pingues contrapartidas como las que consigue administrando la producción de Hachis, el flujo de inmigrantes o vendiéndonos sus esfuerzos en la lucha contra Alcaeda, cuando es principalmente su cabeza la que corre peligro si los hermanos musulmanes acceden al poder.
Pero todo esto ya pasó. Moratinos asegura que “No Problem” y el que tiene las llaves de las esposas que atan a la diplomacia española con Marruecos, viajará el lunes para pagar el precio por su contribución a la lucha contra el terrorismo, la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, y las mas de diez mil personas que cruzan cada día la frontera melillense transportando sus fardos y haciendo sus trueques, podrán seguir buscándose su pan de cada día sin que esos luchadores por la libertad de la CSCNM, la AGRDH y el Nador24 se lo impidan.
Y mientras, el rey y líder espiritual de los marroquíes, seguirá leyendo el Financial Times en la popa de su yate y contando los beneficios político/económicos de la función.
Hasta el verano que viene.
Nito Foncuberta
1 comentario:
Moratinos y ZP son patéticos,quieren que España comulgue con dictaduras y luego haven discursos sobre la democracia.
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