El show de la democracia


Han pasado ya unos años y el show de la democracia mas grande del mundo ha vuelto ha empezar. Recuerdo que la elección de Barack Obama llenó de sonrisas y lagrimas el siempre cinematográfico final de las elecciones estadounidenses. Imágenes de emociones encontradas inundaron la prensa y la televisión de todo el mundo, impulsando una contagiosa y a veces inconfesable esperanza que con el tiempo ha ido apagándose por la acción de la tozuda realidad.
El pasado martes volví a trasnochar, como hace 4 años, para ver en directo el primero de los tres debates televisivos, esta vez entre Obama y Romney. Un enfrentamiento al que el primero llegaba con una ventaja de 3-4 puntos en las encuestas, margen que para alegría de unos y preocupación de otros, se diluyó tras el combate.
De los tres cuerpo a cuerpo programados, el primero siempre es el más difícil. Los temas giraron alrededor de la política interior USA, la economía, el empleo, la educación y la sanidad. Una oportunidad para Romney que llegaba sin fracasos como gobernador de Massachussets, y un riesgo para Obama que ya no sabe qué hacer para mantener la ilusión que generó el “yes we can”. Un Romney que farda debussines man frente a un Obama que pide una segunda oportunidad para seguir al frente de unas clases medias que no han tenido la revolución que les prometió.
Nada nuevo sobre el contenido: más sector privado o más estado, más intervención o más iniciativa privada. Para Obama lo que no es público es casi perverso y Romney abogando por la eficacia de la empresa para hacerse cargo de la sanidad, la educación y yo añado la guerra: que el pueblo convertido en consumidor de democracia elija a quien pagar.
Mención aparte merece que los únicos países nombrados en el debate fueron China por los temores que produce como tenedora de deuda del Tesoro USA, y España como un ejemplo a no seguir: Spain expends 42% of his economy in goverment . Se han quejado las mismas voces que decían “No Somos Grecia”.
Obama fue una mala copia del original. Su lenguaje corporal así lo reconocía. Mientras hablaba Romney, B.H.O no sabia donde dirigir su mirada, estaba incomodo, animándose solo cuando tomaba la palabra, como si su lengua activara el photoshop. Al finalizar el debate, dejo su atril en segundo lugar, y mientras Mitt compartía abrazo y besos con Ann, Barack se dejo besar sin beso y casi rechazó el abrazo que le ofrecía Michelle. Se sabía perdedor. Mitt Romney no es John McCain. La campana salvó a Obama del KO.

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